Releyendo a Louis Malle. Los libros en «Le souffle au coeur»

Par. François-Xavier Canela. 23 novembre 2020

Hace unos días hemos revisitado el film «Le souffle au coeur», de Louis Malle, una auténtica obra maestra. Podemos afirmar que algunos films, creados por la genialidad de legendarios directores, se visitan y se revisitan una y otra vez como si se tratara de lugares mágicos ubicados fuera de la cotidianidad. En este sentido los films de Louis Malle son lugares donde sentirse humano, escenarios para la emoción. Se trata de lugares como aquellos en los que en cuanto salimos de ellos ya estamos deseando volver a visitarlos.

Dice el filósofo Joan-Carles Mèlich en su libro «La sabiduría de lo incierto» que «leer es detenerse un instante en el flujo del tiempo y enfrentarse a algo que nos interroga y desafía, es iniciar un viaje que nunca se sabe adónde conduce, es caminar y perderse en un texto, como quien se pierde en un bosque, y correr el riesgo de salir siendo otro distinto del que se era al principio.» El cine de Louis Malle se puede leer porqué es como un libro abierto que te seduce y te atrapa. El tema tratado en el film «Le souffle au coeur» no es un tema fácil: el incesto en una relación edípica. Malle lo trata de forma magistral revistiéndolo de una atmósfera que le otorga una perspectiva mítica. Un tema delicado propenso al escándalo, que sin embargo transcurre aquí de forma dulce a través de toda la película hasta su «lieto fine» familiar que le quita hierro al «grave» hecho en sí.

Decía Truffaut que a veces es necesario violentar a la gente, que es necesario hacer ver a los espectadores una cosa que a priori no les gusta, obligarles a aprobar un personaje que reprueban o que se niegan a ver. Añadía Truffaut que se puede construir una película sobre eso: obligar a la gente a ver lo que es el matrimonio, el amor conyugal, el adulterio, a propósito, por ejemplo, de una intriga criminal.

Veamos pues cómo de abyectos consideramos a los personajes de este film después de verlo por primera vez y conocer de la mano de Louis Malle esta historia de adulterio y de incesto.

En «Le souffle au coeur» hay muchos libros. Son los que lee el protagonista, un adulto con cuerpo de adolescente, libros prohibidos o libros de cabecera que se exhiben impúdicamente delante de la cámara. El primer libro que aparece en la gran pantalla, abierto bajo la atenta mirada de Laurent, es «Le Mythe de Sisyphe. un essai d’Albert Camus». Se trata de un ensayo filosófico que Camus publicó en 1942 en el que reflexiona alrededor del suicidio y el valor de la vida. En este libro se presenta el personaje mítico de Sísifo como una metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre.

Fotograma de «Le Souffle au Coeur» de Louis Malle

Veamos parte del diálogo del film: «No deberías leer a Camus, no es serio. Si el suicidio te interesa debías leer a Crevel». René Crevel fue un escritor surrealista nacido en París en 1900, integrado en la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios (vinculada al Partido comunista de Francia), que se suicidó en 1935.

Otro de los libros que lee el protagonista del film: «J’iré cracher sur vos tombes» (escupiré sobre vuestras tumbas) de Boris Vian, es un libro polémico. Laurent lee furtivamente, y con la puerta de su habitación cerrada con llave, este libro «proscrito» de Boris Vian que él cautelosamente ha escogido entre otros que estaban escondidos detras de un estante de la biblioteca familiar de los Chevalier. Recordemos el subterfugio de Boris Vian, quien publicó su polémica obra como si se tratara de la obra de Vernon Sullivan (autor inexistente que él inventó) traducida por él mismo. A lo largo de la película se van descubriendo más libros, algunos simplemente citados por los protagonistas, como es el caso de «Le petit Prince» de Antoine de Saint-Exupéry, o  Les Aventures de Tintin et Milou.

A veces los libros salen de un cajón del hotel balneario donde Laurent ha ido acompañado de su madre para hacer unas curas una vez descubierta su dolencia: el soplo en el corazón. En el hotel volvemos a Albert Camus. Esta vez el libro que leerá el protagonista es la obra de teatro «L’état de siège». Se trata de una alegoria de la dictadura, de los totalitarismos, de las invasiones.  Nuestro siglo XX, decía Camus, es el siglo del miedo. Este es el hilo conductor de esta obra de teatro: ¿quien puede vencer al miedo sino el amor?. Por otra parte, hay un diálogo muy interesante entre Laurent y el «amigo» fascista a quien ha conocido en el mismo balneario: «Lee a Proust. Claro que tú no lees a escritores judíos.»

Aparece en acción también «Histoire d’O» de Pauline Réage, libro que la madre de Laurent tiene escondido para leer en sus momentos de intimidad. No deja de sorprender la reacción de desaprobación de la madre adúltera de Laurent y a punto de cometer incesto, cuando descubre a su hijo adolescente leyendo este «proscrito» libro. Esta escena les afianza sin duda en su mútuo conocimiento y sirve de prólogo al clímax antinatural, filmado aquí de una forma magistralmente poética por Louis Malle. En otro momento del film hay otra referencia bibliográfica: Cuando Laurent regresa de la tienda de discos, donde ha robado un vinilo de Charlie Parker, su amigo le pide que le devuelva el libro de Brasillach (Robert) sobre Corneille (Pierre) Padre de la tragedia clásica francesa.

Pero sin duda el máximo homenaje que Louis Malle hace a la literatura en «Le souffle au coeur» es en este momento de lectura del protagonista, con una indudable expresión en su rostro de satisfecho lector. No es para menos, pues se trata de la gran obra de la literatura universal: À la recherche du temps perdu, de Marcel Proust.

No menos destacable es el homenaje que Louis Malle rinde al Jazz, con nombres de la talla de Dizzy Gillespie, Charlie Parker, o Sidney Bechet. Pero este tema daría para otro artículo. Acabaremos aquí con una cita de la película de Malle: «Vamos, amigo, vamos, has escogido mal el día. Insultar a las clases trabajadoras la víspera del 14 de juliol es pura provocación».

Disfruten del cine. Nos leemos.

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