Mes: octubre 2020

Libros imprescindibles. La biblioteca esencial del profesor Joan-Carles Mèlich.

Franz Xaver Canela. Barcelona. 20 de Octubre de 2020.

En las bibliotecas del mundo, públicas y privadas, hay millones de libros en miles de lenguas. La escritura, la lectura y el lenguaje son los aspectos que han permitido a la especie humana su evolución hasta el momento presente de forma vertiginosa a través de miles de miles de años. Tal y como destaca el profesor Edward O. Wilson en su libro «El sentido de la existencia humana» – El tamaño del cerebro creció más del doble a lo largo de 3 millones de años desde el ancestro humano australopitecus, hasta el homo sapiens moderno».

En un mundo de Hipertextualidad en el que la información fluye constantemente desde infinitas pantallas hasta nuestros cerebros en un «scroll infinito», realmente ¿Podemos decir que leemos lo suficiente? ¿o somos simplemente procesadores de información? ¿Cual es el valor que damos a la lectura? ¿Cómo la lectura puede cambiarnos la vida? La lectura es una aventura, nos puede sanar o nos puede hacer daño, pero hay que atreverse a leer, hay que vivir la literatura, vivir literariamente. La prosa de la existencia.

El profesor Joan-Carles Mèlich concibe la lectura como un modo de vida, como una plegaria. En su libro «La lectura como plegaria. Fragmentos filosóficos I» dice: «No podía dormir. Entonces releía a Nietzsche, Beckett y Wittgenstein. O también, al azar, algunos apuntes de Canetti, Las flores del mal, de Baudelaire, y las Elegías de Rilke, a veces Freud y los relatos de Kafka: Escuchaba musica de cámara de Mozart, Un réquiem alemán de Brahms, la Novena sinfonía de Beethoven, y la Canción de la tierra de Mahler, la Noche transfigurada de Schönberg, la Lulú-Suite de Alban Berg, o Epitaph, Starless y Exiles de King Crimson. Cogía uno de mis cuadernos de color violeta y escribía, siempre con pluma. Era mi plegaria.»

En un breve vídeo de poco más de cinco minutos Joan-Carles Mèlich hace una recomendación de 7 libros esenciales:

  1. Emmanuel Levinas. Totalidad e Infinito.
  2. Jacques Derrida. Dar (el) tiempo.
  3. Primo Levi. Si esto es un hombre.
  4. Ludwig Wittgenstein. Tractatus Logico-philosophicus
  5. Ludwig Wittgenstein. Cuadernos de notas (1914-1916)
  6. Elias Canetti. Masa y poder.
  7. Elias Canetti. Apuntes.
  8. Arthur Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación.
La Biblioteca Ideal de Joan-Carles Mèlich. Vídeo del canal de youtube de Librería La Central publicado en Noviembre de 2010. En catalán.

A propósito de estas interesantes lecturas que nos han sido propuestas quiero hacer una reflexión sobre el formato de los libros. En más de una ocasión el profesor Mèlich ha expresado su predilección por el formato en papel de los libros por su condición «matérica». Diríamos además que el libro en su formato clásico, negro sobre blanco en elegantes encuadernaciones, que podemos incluso oler, nos permite alejarnos, ni que sea por un momento de la esclavitud de múltiples pantallas que exigen la atención constante de nuestros ya cansados ojos con infinitos señales acústicos que se suceden al compás de un mundo digital acelerado que nos enferma de hipertextualidad y nos esclaviza bajo el yugo digital del panóptico quitándonos nuestra libertad. Leamos para ser libres. Disfrutemos de la buena lectura.

De McLuhan a Byung-Chul Han, cincuenta años de esclavitud electrónica. De la Aldea global al panóptico digital.

Franz Xaver Canela. Barcelona 3 de Octubre de 2020

Byung-Chul Han dedica el prólogo de su libro «En el enjambre» a otro pensador visionario: Marshall McLuhan, autor de «La galaxia gutenberg», libro publicado en 1962. McLuhan hablaba entonces de la irrupción de los avances electrónicos y su influencia en la sociedad mundial, en la «aldea global» como idea acuñada por el erudito profesor filósofo canadiense. Si por aquel entonces, hace casi 60 años, McLuhan nos advertía del poder de las comunicaciones y de la televisión, ahora Byung-Chul Han hace lo mismo con las redes sociales y los smartphones. El mensaje es el mismo y la recepción de McLuhan y de Han muy parecida, generando a la vez numerosos acérrimos seguidores y algunos detractores entre el público más académico. Algunos han visto en Han un simple autor mediático de éxito. Sin embargo algunos queremos creer en la clarividencia de su mensaje y su acertado diagnóstico sobre los males que amenazan a nuestra sociedad digital. La historia se repite.

La cita de McLuhan que hace Han corresponde al libro «Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano.» de 1964. Dice Marshall McLuhan: «la tecnología eléctrica ya está dentro de nuestros muros y estamos embotados, sordos, ciegos y mudos ante su encuentro con la tecnología de Gutenberg». No en vano McLuhan era un detractor del medio televisivo y su influencia en las mentes, hasta el punto de prohibirla en su casa para sus hijos y nietos. ¿Qué hubiera pensado McLuhan hoy en día de la sobreexposición a las pantallas a la que nos autosometemos? De buen seguro hubiera estado de acuerdo con Byung-Chul Han.

Byung-Chul Han «En el enjambre»

Y dice Han, parafraseando al canadiense, en «En el enjambre»: «Nos embriagamos hoy con el medio digital, sin que podamos valorar por completo las consecuencias de esta embriaguez. Esta ceguera y la simultánea obnubilación constituyen la crisis actual.»

Byung-Chul Han habla del respeto. «Respeto significa literalmente mirar hacia atrás, es un mirar de nuevo. El respeto presupone una mirada distanciada, un -pathos de la distancia- . Hoy esa actitud deja paso a una mirada sin distancias, que es tipica del espectáculo. El verbo latino spectare, del que toma su raíz la palabra – espectáculo- , es un alargar la vista a la manera de un mirón, actitud a la que le falta la consideración distanciada, el respeto (respectare). La distancia distingue el «respectare» del «spectare». Una sociedad sin respeto, sin pathos de la distancia, conduce a la sociedad del escándalo.» Dice también el filósofo coreano en este libro que «el respeto va unido al nombre. Anonimato y respeto se excluyen entre sí.» Este es sin duda uno de los puntos débiles de internet y las redes sociales que se entretejen en él: el anonimato. Millones de opiniones y notícias falsas se vierten en las redes cada minuto y se propagan de forma exponencial. Sobre el tema del Respeto se hace muy recomendable la lectura del libro de Richard Sennett «El Respeto» Anagrama, 2003, 301p (trad. Marco Aurelio Galimardi) -sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad-. Libro que seguro Byung-Chul Han ha leído.

Richard Sennett. El Respeto. Anagrama, 2003. 301 páginas. Trad. Aurelio Galmarini.

Richard Sennett, nacido en Chicago en 1943. Sociólogo estadounidense de la corriente filosófica del pragmatismo. ​ Sennett es profesor emérito de Sociología en la London School of Economics, profesor adjunto de Sociología en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y profesor de Humanidades en la Universidad de Nueva York. En su libro «El respeto» cuyo título original es «Respect in a World of Inequality», el profesor remarca que la sociedad moderna carece de expresiones positivas de respeto y reconocimiento de los demás. Dice Sennett que «para los europeos, USA parece más una sociedad de masas que una sociedad de clases, pero esa apariencia sólo se debe a que en este país la clase se oculta tras un a brillante superfície de cultura comercial. En los años 60 esa brillante superfície se rompió cuando las clases trabajadoras blancas se volvieron contra las clases profesionales, la élite liberal y los hijos radicales y contraculturales de ésta durante la guerra de Vietnam. También se volvieron por debajo contra los negros pobres, a los que consideraban parásitos y estafadores del sistema del bienestar. Los políticos de derechas movilizaron el resentimiento y el odio de clase de esta «mayoría silenciosa», aunque parecía cualquier cosa menos silenciosa.» Sennett habla aquí de la caridad y el altruísmo. Lo hace citando a dos autoras que provienen del campo de la asistencia social: Jane Addams y Hannah Arendt. Arendt, filósofa y teórica política alemana, y una de las pensadoras más influyentes del siglo XX, escribió en su juventud un ensayo sobre San Agustín (1929), trabajó durante varios años empleada por organizaciones sionistas para tratar los problemas de los refugiados que huían del régimen de Hitler en los años treinta. En el libro «En el enjambre» y en el resto de sus obras Byung-Chul Han hace una referencia constante a esta importante autora. No hay que olvidar que Han se trasladó hace más de 30 años a alemania donde bevió de las fuentes del pensamiento filosófico germánico.

El grado de narcisismo que promueven muchas redes digitales nos hace alterar la imagen que tenemos de la realidad, e incluso la misma imagen que tenemos de nosotros mismos. No podemos ver nuestra imagen verdadera si nos miramos en un espejo adulterado. Como bien dice Han en el documental que trata sobre la fatiga de las sociedades capitalistas, si nos miramos en el espejo que dicta la sociedad del rendimiento, nunca podemos ser libres. La sociedad capitalista nos ha dado una libertad que no es real, que nos hace esclavos.